Dos veces al año, cuando se abre la ventana de fichajes, el mundo del fútbol se vuelve loco con jugadores que cambian de clubes, periódicos y sitios web de fútbol de todo el mundo especulando sobre las últimas superestrellas para jugar el juego de las sillas musicales.
Si bien algunas transferencias de renombre, como la mudanza de Cristiano Ronaldo del Manchester United al Real Madrid, finalmente llegaron a las conclusiones esperadas, una transferencia me llamó la atención esta temporada. El del paso de Zlatan Ibrahimovic del campeón italiano Inter de Milán al español y ganador de la Champions League Barcelona, con Samuel Eto’o yendo en sentido contrario.
Ahora bien, Ibrahimovic no es mal jugador y en su día podría ser uno de los mejores jugadores del planeta. Pero en mi opinión, no ha estado a la altura de su exageración masiva. ¿Quién puede olvidar los 2 partidos de Champions League contra el Manchester United la temporada pasada en los que estuvo prácticamente en el anonimato?
Samuel Eto’o, por su parte, ha demostrado ser uno de los delanteros más letales del mundo. Con solo 28 años, tiene por delante sus mejores años y, a diferencia de Ibrahimovic, no se asfixia en los grandes escenarios. Recuerde, fue su gol en la final de la Liga de Campeones de la temporada pasada lo que puso al Barcelona en camino a la victoria.
Además del intercambio de jugadores, el Inter de Milán también recibió una tarifa de transferencia de 45 millones de euros. No tengo idea de cómo sucedió, pero el entrenador del Inter, José Mourinho, debe haber negociado el mejor trato de la temporada. ¿O Barcelona sabe algo que nosotros no? Sólo el tiempo dirá.